Guardas, mosaicos, cajas, marcos, bolsas y hasta mesas de jardín. Todo se adapta a la pintura con stencil, una opción ideal para principiantes y para aquellas que desean darle un acabado diferente a una pieza y no cuentan con tiempo.
Una técnica fácil y que requiere de pocos materiales. Para empezar necesitas los acrílicos, pinceles, cinta de enmascarar, stenciles, servilleta y un paño para colocar por debajo.
Los pinceles que se usan son de cerda china, cortos, duros. Lo que se busca es lograr el mismo efecto que obtendríamos si usaramos una esponja marina. Si no tenes estos pinceles, podes reemplazarlos por esponjas marinas o cualquier otra esponja que tengas disponible.
Sobre la superficie que vas a pintar, ya sea tela, madera, cerámica o cualquier otro, colocas el stencil, lo sujetas con la cinta de enmascarar de manera que quede firme y no corras peligro de que la pintura se desplace. Cargas el pincel o esponja con pintura, limpias sobre la servilleta, para descargar excesos no deseados de pintura y pasas a pintar.
Según la presión que se ejerce sobre el pincel o la esponja, será la intensidad del color. A mayor presión mayor intensidad. Esto es utilizado para lograr esfumados, jugando con la presión. Una vez terminado, dejalo secar bien y procedé a quitar el stencil con cuidado.